No todo es stand up. Bueno si, todo es stand up,
pero no todo es gracioso. Para que haya risa tiene que existir una contraposición
de ideas o de situaciones. Situaciones. Renuncio a mi trabajo. Reniego ser
ingeniero. Quiero ser comediante. Me lanzo sin paracaídas. Me quedo sin lugar
propio. Vendo, regalo casi todos mis bienes. Me quedo con lo puesto. Me toca dormir
en sillones ajenos. Padres, amigos, amigos nuevos. Descubro que la comodidad
del sillón no tiene que ver con el sillón, tiene que ver con el dueño de casa.
Muchos sillones insospechadamente cómodos. Agradezco no tener que dormir en el
terminal de buses, aunque lo hubiera aceptado. Aprecio de verdad lo que significa
tener un techo y una cama. Dormir en una cama es un lujo, anótelo. Mi guata
disimula que a veces también hizo hambre. Cosas del futbol. Amigo ofrece pieza
en su casa. Algo de tranquilidad llega a mí. Aún no tengo cama pero lo peor de
la tormenta ya pasó. Los proyectos empiezan a llegar. Me emociono y pienso si
merezco tanta buena onda. Si, la merezco, no lloro, sonrío. Humildad, ante todo
humildad. La comedia es mi vida ahora. No voy a renunciar. Estoy dispuesto
hacer los sacrificios que sea necesario. Esto es en serio. No me toquen la
comedia.
Me gusta el contexto, me da pie para hacer las cosas guiando a mis sentimientos más que a mis necesidades. Todos lo pasan mal, no de la misma forma, pero si en el interior. Siga adelante amigo, que por acá siempre habrá alguien que lo pueda ayudar.
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