lunes, 24 de agosto de 2015

Humor añejo

"Cuando era chico existían dos referentes del humor, Coco Legrand y Alvaro Salas. Olvídense del segundo"

Me pidieron hacer una crítica a la participación de Alvaro Salas en Gala de Canal 13. No la puede ver ese día, así que prometí verla el fin de semana. La verdad fue difícil, tanto así que recién la acabo de terminar de ver. Por qué me piden estas cosas?.

Me encanta la comedia, me encanta el humor, me gusta al punto de estudiarlo y llegar algún día ejecutarlo de buena manera. De todas formas aclaro que no soy nadie y que esta es solo mi humilde opinión acerca dela rutina. También declaro que es después de esto estoy seguro de que jamás podré salir en televisión, y al cabo que ni quería.

EL lugar: En qué lugar de nuestro subconsciente nace el humor?, de donde sacamos esas ideas locas?, esos chistes?. Pues no lo sé, o más bien no estoy seguro. Lo que sí sé es que la comedia surge de cualquier parte menos del lugar común. Lo he repetido miles de veces, el lugar común es el enemigo número uno de todas las personas que nos dedicamos al humor. Sal de ahí. Para hacer reír uno le muestra al público algo que ellos jamás se les habría ocurrido por su cuenta, algo ilógico, absurdo, agudo y/o salido de madre. Si yo digo lo que todos están pensando no haré reír a nadie. Evitar que tu rutina, que tu material sea predecible.

Rehacerse. Siempre debes estar escribiendo, no importa que hagas 6 meses o un año la misma rutian, pero siempre la debes estar escribiendo, reinventándote, renovándote, no te puedes quedar pegado siempre en lo mismo. Obvio que todo lo que vas a escribir no será lo más jocoso o ingenioso del universo, pero de todo lo que escribas, seguro que puedes rescatar algo, o te va a servir de inspiración (si, llega un momento es que tu propio texto se transforma en tu fuente de inspiración). Insisto, el humor, la comedia, es literatura, por eso hay que escribir una y otra vez, todos los días, aunque sea un poquito. No te quedes en el pasado, no te duermas en los laureles. Hay tanto de donde sacar ideas, pero lo más importante, es tu alma, escarba hasta lo más profundo de tu alma, ahí tienes un universo mucho más grande que el exterior para inspirarte (hey!, acabo de descubir el lugar!)

Identidad. Sea original. Ok, no se puede, es imposible. Nosotros hacemos construcciones a partir de otras construcciones, es decir, más que ideas originales, nuestras ideas son fruto de años de evolución social y de historia, de la música que escuchamos, de los libros que hemos leído, de las noticias que nos han marcado, del conocimiento que hemos adquirido. Cultivese, mientras más lo haga, mejores nuevas construcciones, en humor o en lo que sea, puede llegar a crear. No tenga miedo a ver e incluso estudiar a otras personas que practican el mismo arte que usted. Busque inspiración, pero no copie, no imite, sea usted, recuerden lo de buscar en su propia alma. Es muy feo, horrible, picante, rasca y mediocre sacar chistes de internet o de alguna red social, más feo aún sacar chistes de sus colegas en el medio local. Eso lo transforma en un miserable don nadie sin estilo.

 Evolución. Todo lo que no evoluciona tiende a la muerte, a desaparecer. En el arte, en la música, está lleno de grandes genios que comenzaron haciendo una cosa y luego fueron cambiando, creciendo, y terminaron haciendo otra cosa mucho mejor. Uno tiene que estar dispuesto a ser un mutante constante, porque uno va cambiando, y el contexto que te rodea también va cambiando. Chile ha cambiado, no tanto como quisiera pero ha cambiado. La forma de hacer humor antigua, de los años 70’s y 80’s ya no funcionan en esta época. La gente lo exige. El cuenta chistes es una especie en extinción, muchos de ellos ya se dieron cuenta, y están de apoco incorporando el formato “stand up”, más cercano al narrador de historias (cuenta cuentos), que al chiste suelto, porque lo que la gente quiere es una narrativa, quiere un desarrollo, un climax y un final. Quiere identificarse con un personaje, con un antihéroe, quiere verse reflejado, quiere empatizar y que empaticen con ellos, y el chiste corto no logra por si solo eso.  Además, dedicarse solo a contar chistes es un riesgo, cada uno de ellos debe ser original y muy bueno, uno mejor que el otro, ya que no tienes una historia de fondo que mantenga al público expectante, por lo tanto, si te vas a dedicar a contar chistes, cosa que personalmente ya no recomiendo, debes ser muy bueno, extraordinariamente bueno en eso.

La burla. No es chistosa, en serio que no lo es. La gente confunde le humor negro con la burla, y son dos cosas muy distintas. Mucho muy. Hace mucho tiempo que burlarse de otro dejó de ser gracioso, mucho menos si estamos hablando de aspectos físicos, discapacidades, sexualidad, etc. Estamos evolucionando (o eso quiero creer) hacia otro tipo de sociedad, más participativa, inclusiva y diversa, y ese tipo de humor, tan de dictadura, no tiene cabida. La burla es hacia uno, de uno, de las situaciones estúpidas o raras que te ha tocado vivir, no de los demás. Hacerse el zorrón, el bakan, el semidiós en el escenario no tiene sentido ni causa ninguna gracia, a menos que el público sea tan banal como tú. Lo que más le gusta a la gente es la vulnerabilidad del tipo que esta adelante, porque insisto, quieren empatizar contigo, porque todos somos frágiles y vulnerables, porque nadie es perfecto.

Todos esos fueron los errores que pude apreciar en la rutina expuesta por Alvaro Salas. Todas esas fueron las razones por las cuales me costó ver tanto la presentación. Insisto que es sólo mi opinión, mi visión acerca de los que significa hacer comedia. A lo mejor estoy muy equivocado, que se yo. Ustedes eviten eso.


Ahora, y por amor a la humanidad, no me pidan ver “hola, soy Germán” o alguna cosa por el estilo.

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